El maíz en peligro: México cede ante el TMEC y permite los transgénicos
México, centro de origen y diversidad del maíz, enfrenta una crisis en 2025 tras la decisión del gobierno de retirar las restricciones a la importación de maíz transgénico y el uso de glifosato. La medida se tomó en cumplimiento con el fallo del Panel de Solución de Controversias del TMEC, que resolvió que las restricciones impuestas carecían de fundamento científico y violaban los compromisos comerciales con Estados Unidos y Canadá.
Esto significa que el decreto de 2023, impulsado por el presidente López Obrador para proteger las variedades nativas y avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria, ha quedado sin efecto. Ahora, México permitirá nuevamente la importación de maíz genéticamente modificado para consumo humano, industrial y animal.
¿Por qué están en riesgo los maíces nativos?
El maíz nativo mexicano, con más de 60 razas y miles de variedades, es fundamental para la biodiversidad, la cultura y la alimentación del país. Sin embargo, la llegada de maíz transgénico en grandes volúmenes pone en riesgo su preservación. La polinización cruzada puede contaminar los cultivos criollos, afectando la diversidad genética que ha sido cuidada por comunidades campesinas e indígenas durante siglos.
Además, el uso de semillas transgénicas implica la dependencia de agroquímicos, en particular el glifosato, un herbicida señalado como probable cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud. Aunque el gobierno mexicano intentó prohibirlo, la falta de alternativas y la presión comercial llevaron a posponer su eliminación en 2024. Ahora, con el fallo del TMEC, su uso seguirá vigente, afectando la salud pública y los ecosistemas.
El peligro en la alimentación
El maíz es la base de la alimentación en México y cualquier cambio en su producción afecta directamente a la seguridad alimentaria. El consumo prolongado de maíz transgénico ha sido objeto de debate científico, con estudios que sugieren posibles efectos adversos, como alergias, alteraciones en la microbiota intestinal y resistencia a antibióticos. Además, la dependencia de variedades modificadas reduce la diversidad nutricional y coloca el sistema alimentario en manos de grandes corporaciones agroindustriales.
Otro riesgo es la pérdida de control sobre la producción. El maíz transgénico ha sido diseñado para resistir plagas y herbicidas, pero esto ha llevado a la aparición de malezas y plagas más resistentes, lo que obliga a los agricultores a usar más agroquímicos, dañando los suelos, el agua y la biodiversidad.
A pesar de esta situación, la lucha por la defensa del maíz nativo sigue activa. Comunidades campesinas, científicos y organizaciones de la sociedad civil han insistido en la importancia de la agroecología, la conservación de semillas criollas y la promoción de mercados locales como alternativas para proteger la soberanía alimentaria.
La eliminación de las restricciones al maíz transgénico representa un retroceso en la protección del maíz mexicano y en la lucha por la autosuficiencia alimentaria. Mientras tanto, la presión de las empresas agroindustriales y las decisiones comerciales impuestas por el TMEC siguen amenazando la base misma de la alimentación en México.
Peticiones a la Secretaría de Economía:
Ante este escenario, es urgente que la Secretaría de Economía implemente medidas para minimizar los riesgos del maíz transgénico en México y garantizar la soberanía alimentaria:
-
Protección del maíz nativo y prevención de la contaminación genética. Se deben establecer zonas libres de transgénicos, fortalecer la vigilancia de cultivos y crear mecanismos que impidan la polinización cruzada con variedades criollas.
-
Regulación estricta del uso del glifosato y otros agroquímicos peligrosos. Es fundamental definir un plan de eliminación progresiva y promover alternativas sostenibles para reducir el impacto en la salud y el medio ambiente.
-
Transparencia en la comercialización del maíz transgénico. Se debe garantizar el derecho de los consumidores a elegir alimentos libres de transgénicos mediante un etiquetado obligatorio y accesible en todos los productos que contengan maíz genéticamente modificado.
-
Apoyo a la producción y comercialización de maíz criollo. Es necesario destinar incentivos y subsidios a pequeños productores que conserven y cultiven variedades nativas, promoviendo su acceso a mercados locales y nacionales.
-
Defensa de la soberanía alimentaria en acuerdos comerciales. Las negociaciones internacionales deben priorizar la protección del maíz mexicano y la autosuficiencia alimentaria, asegurando que el comercio no comprometa la biodiversidad ni la seguridad alimentaria del país.
México tiene la responsabilidad de defender su maíz nativo y garantizar que la alimentación de su población no dependa de decisiones comerciales impuestas por intereses externos. La lucha sigue, y con ella la exigencia de políticas públicas que pongan en el centro la salud, el medio ambiente y la soberanía alimentaria.
Escribir una Respuesta o Comentario
Usted debe de Ingresar y Regístrate de la cuenta para publicar comentario.